sábado, 5 de mayo de 2018

Análisis Literario - Cuentos


Y COMIERON PERDICES…

-Siéntese, póngase cómodo- invitación arbitrariamente innegable, razón única y absoluta, vehemente; en otras palabras no hay otro camino.
Atado de pies y manos, y con una dificultad inevitable logra posarse en un banco de madera, mojado, embarrado, ensangrentado y parcialmente torturado; la vida nunca le dio preaviso de que su destino estaba a punto de terminar, era lógico que era el final, nadie ni nada lo evitaría. Esta es la historia de un asesino que muere en su ley…
La vida le pasó en cuestión de segundos por su mente, momentos gratos, tristes, de arrepentimiento y sobretodo de súplicas al cielo, sus pecados eran perdonados por su conciencia porque su cuerpo estaba moribundo. No le daba más…
-No llore, así como tuvo el valor para cometer errores, asuma ¡carajo!- palabras que lo acercaban a su sentencia de muerte, el sonido de un motor a las afueras de la cabaña y la sucesión de gritos agudos y graves, aceleraban el mar de llanto, aserraban su ilusión de salvarse, pero no; nadie lo esperaba, nadie lo extrañaba, nadie sabía de su paradero, en suma, estaba llevado a su nefasta consumación. Sus restos quedarían a la intemperie de una justicia nada divina, más tajante literalmente.
Sus errores eran imperdonables, sus pecados ejecutados por eso de su destino. Al terminar el ruido de la sierra afuera de aquella cabaña oculta dentro la espesa selva, nadie lo iba a escuchar, sus ojos se inundaron aún más, su saliva salía sin cesar de su boca, mezclada con sangre que vio derramar en sus víctimas.
Ahí en ese lugar oculto en la selva húmeda e interminable iba a ser su camposanto, aunque de santo no había nada. Nunca llegó a pensar que su atroz actividad como verdugo se le iba a revertir, nunca se mintió así mismo, siempre fue consciente de sus actos, los hizo a su voluntad, pero desafortunadamente caerían en su contra. Por eso, su último deseo fue que lo fulminaran a balazos para no sufrir lo que hizo pasar a sus mártires.

Por: Renecuco 17/07/14


SIMÓN NADA BOBITO

Físicamente no era un niño, sus pensamientos sí; sus responsabilidades eran de adulto, sus pensamientos no; sus gritos eran maduros, sus alegrías no.
Simón cumplía una labor muy importante en su hogar pese a su limitación cognitiva y con un autismo leve, su condición era consecuencia de una mutación genética entre parientes cercanos (según la gente de la vereda); él nunca fue a la escuela pues su temperamento explosivo, su estado bipolar no le permitía comprender los contenidos de una clase normal de matemáticas – si no sabe sumar no es nadie- decía su abuelo. Sin embargo, Simón, era muy querido todos recibían un saludo de él, el pobre inocente servía de mandadero para toda la vereda puesto que le gustaba caminar y correr.
Su casa, una choza mezcla de barro y muñiga bombardeada de lluvia permanente, sol liviano casual, lleva en su albardilla la secuela de los años; en el jardín un seto de robles y eucaliptos con abundante salvajina colgada en sus ramas anunciaban su longevidad. La vereda “Montebonito” carecía de su belleza pues la soledad y las distancias entre las haciendas abandonadas tras la época de la violencia entre liberales y conservadores las hacían más calladas, y tras esa condición los grupos armados ilegales transitaban inquietamente cosa que Simón ignoraba no porque quería sino porque desconocía.
Un día, Simón fue enviado por su abuelo a reclamar una canasta de mandarinas a la finca vecina de Misia Aminta que estaba a unos 5 kilómetros de su casa, para llegar allá debía Simón cruzar unas laderas extremadamente estrechas y al borde de los abismos de más de 50 metros de profundidad, al fondo de la cañada se escuchaba una quebrada colmada de piedras que sentenciarían a cualquiera. Simón siempre caminaba y a veces corría con su cabeza agachada, cantando en voz alta las canciones de Olimpo Cárdenas que de la boca de su abuelo había escuchado desde niño, saltando los matorrales en el camino Simón llamaba la atención de los pájaros y alertaba su presencia ante de los osos de anteojos de la región.
Someramente, un integrante del llamado ejército del pueblo avizora la presencia de Simón al otro lado del cañón, a él le pareció fácil tomar su rifle, apuntar con su mira artesanalmente hecha de un fragmento de Bambú y disparar. Era una tarde lluviosa que no impidió la consolidación del mandado por parte de Simón, la visibilidad era dificultosa, el ruido de la quebrada ya en crecida prominente y la copiosidad de la lluvia que se hacía más fuerte, limitaban el oído de Simón de dichos disparos que rozaban su humanidad, gracias a la mira de Bambú su vida permanecía junto a su curvo cuerpo, los gritos de los alzados en armas eran ignorados sin intención alguna y los tiros se acercaban aún más; Simón seguía su marcha, mojado, embarrado y un poco agitado, hasta que el calor de una bala impactó su pierna, cayó bruscamente pero se levantó de inmediato al tratar de continuar su camino su pierna se doblegó  nuevamente y su rostro besó el barro. Los cazadores en fervor festejaron la caída y al ver que trataba de restablecer su paso continuaron con el tiroteo, Simón no podía explicarse lo sucedido y al ver de su pierna brotar sangre que se fusionaba con el barro y el agualluvia, el dolor le acompañó y le anunció de su otra incapacidad, su mente no se daba por vencida así que trató de levantarse, pero otra bala se arrojó en su pecho, al mermar su ritmo cardiaco y su respiración nunca supo de lo sucedido y al verse cobijado por la lluvia y el ocaso, su cuerpo quedó inerte y su alma inocente dando tumbos por el aire subió al reino de los cielos.

Por: Renécuco 29/07/14


AMOR SIN AMOR
Él, un niño hecho adulto sin estudio y sin recuerdos de su primera infancia, solamente recordaba ver a su padre ordeñar la única vaca que tenían, un padre ejemplar sin compromisos en quien el niño escuchaba y  escuchaba por largas horas, nunca lo envió a la escuela: primero porque quedaba a 25 kilómetros de su casa y segundo estaba minada, desolada y en ruinas. Cierto día cuando su padre fue visitado por un grupo de personas provenientes de las montañas de Colombia y solicitaron el apoyo del impotente hombre no hubo más remedio que entregarlo, el pobre niño lloró bastante sin entender el por qué se fue para quizás nunca volver.
Después de 5 años en la montaña el niño –ahora de 12 años de edad- volvió a su pueblo sin rastro de sus padres y desde lo alto de una loma detalló cada una de las calles y senderos en busca de los suyos. Ahora como miembro activo y militante de la guerrilla, asombrado y melancólico, soñaba despierto como sería su vida al lado de los suyos, nunca imaginó que su infancia se había perdido por culpa de un conflicto donde sufrían los inocentes, y ponían los muertos la gente humilde e indefensa, lloraba conforme su realidad.  
A lo lejos, en la plaza principal, De la iglesia salían mujeres beatas con sus hijas de la mano, entre ellas una dulce criatura iluminó sus ojos, sintió un escalofrío, ella sin querer lo vio a lo lejos de inmediato le sonrió y él le correspondió; posteriormente, un leve manoteo en forma de saludo le llamó la atención al niño, el escalofrío se convirtió en solo frío al recordar que el destino de ese amor a primera vista iba a ser efímero, el frío pasó a desespero no sabía qué hacer, la pequeña al frente del templo de repente se soltó de la mano de su madre, porque se había iniciado un cruce de disparos entre la fuerza pública y la guerrilla que intentaba tomar el poder del pueblo; ella corrió, su mamá le gritó, evitando la lluvia de balas y  después de un ruido fulminante cayó al suelo abruptamente,  la mamá en llanto la intentó revivir pero ya era muy tarde, todo fue certero. El niño en su temor corrió colina abajo accionando su arma, en medio de ráfagas a fuego abierto ensordeció todo el poblado, en medio del atrio del templo quedó la niña quieta, tierna, en silencio e inocente, rodeada de un marjal de sangre proveniente de su pequeño cuerpo. Él impotente al toparse con esa escena retorno a la montaña en zigzag, disparando y con la mínima rareza en su mente trabajada de haber sentido su primera experiencia amorosa.

Por: Renecuco 23/10/14