lunes, 25 de septiembre de 2017

Para Reflexionar

Qué les Queda A Los Jóvenes?
Por: Erikson Julián Castro Sierra
Docente.
Es el título de una reflexión de Mario Benedetti, pero hoy quiero indagar con esa pregunta a nuestros jóvenes de Colombia, ¿Qué les queda a ustedes muchachos?, nos encontramos en un país con un nuevo escenario, políticamente polarizado, algunos haciendo campaña para que entre ustedes se sigan matando (pues los que quieren hacer trizas los acuerdos no son quienes van a la guerra, ni sus hijos, son ustedes muchachos, los hijos del obrero, del campesino, del trabajador, del asalariado, es decir de los desfavorecidos del país), esos mismos personajes que dicen la paz si, pero no así, son los que creen y hacen creer que  nuestra Colombia no tiene otra salida que el sometimiento, es decir, de multiplicar el miedo con mentiras, acrecentando el odio, el rencor y la venganza, son quienes generan pánico para  mantener esta maldita guerra que lo único que ha traído es la muerte; es muy fácil pedir cárcel y hasta la muerte para la guerrilla cuando se desconoce la historia de la violencia en Colombia (los errores de la guerra no solo la cometió un actor armado, fueron muchos quienes participaron en 53 años de lucha armada, políticos, empresarios, militares, policías, etc.) es muy fácil decir que hay impunidad cuando la mayoría de los colombianos no han leído los acuerdos (en donde se señala claramente que los delitos de lesa humanidad no son amnistiables, pagina 151 de 310, numeral 40. Y hay restricción privativa de la libertad, pagina 165 de 310 numeral 60 para esos delitos).
Por ello muchachos, ¿Qué les queda a ustedes los jóvenes?, tal vez la esperanza de no ir a la guerra, tal vez la esperanza de vivir sin tener miedo a morir por una guerra que no es nuestra ni de ustedes, tal vez la esperanza de soñar en un país de oportunidades, la esperanza de vivir forjando los sueños de una nueva juventud, la esperanza de tejer y construir un país en donde quepamos todos, un país donde se respete los derechos sin importar su condición ideológica, política, social y económica.
Es decir, muchachos este es el país que le dejamos, un país inundando en corrupción, sin principios éticos, lleno de cifras estadísticas para cumplir las exigencias educativas neoliberales, donde lo importante es el producto y no la formación humana, un país gobernado por los de siempre donde siempre nos dieron lo mismo, pero ingenuamente creímos que era el cambio, los últimos 20 años de gobierno han sido lo más desastrosos de la historia, lo único rescatable creo yo,  fue encender la luz de la esperanza para que ustedes no vayan a la guerra, como les toco a miles de jóvenes que se mataron entre sí, empuñaron la muerte, fue una guerra absurda, donde los muertos como siempre los coloco el pueblo, guerrilleros, soldados, policías y autodefensas, todos ellos  conformados por jóvenes sin oportunidades, los jóvenes nacidos en cuna de oro nunca van a ella, y sus padres fueron quienes se inventaron esta guerra, se inventaron cuentos y sembraron cizaña para matarnos tontamente, ahora ustedes los jóvenes son quienes deben decidir  y asumir la solución de este país, solo ustedes pueden salvarlo, porque nosotros no fuimos capaces de entregarle un mejor país, anhelo que ustedes no repitan esta historia, ¿Qué les queda a los jóvenes?, les queda tomar la decisión de entregarle un mejor país a sus hijos, no cometan nuestro error de creer en otros, crean en ustedes y piensen en todos. Ustedes son la generación de la paz.

lunes, 17 de abril de 2017

EL ENFERMO IMAGINARIO-GUION TEATRAL

EL ENFERMO IMAGINARIO - MOLIERE

PERSONAJES
ARGAN: TEOFILO (RICKY MUÑOZ)
ANTONIA: ZOILA (DEISY CIFUENTES)
ANGÉLICA: YURITZA (CIELO ANDREA MAJIN)
BELISA: CLEOTILDE (DANNA BERMEO)
CLEONTE: BRAYAN (JHONATTAN VEGA)
EL NOTARIO SR. BUENAFE (BRAYAN OLMOS)
TOMAS DIAFOIRUS: SIMON (CRISTIAN ROJAS)
DIAFOIRUS: FACUNDO (YAIR GOLONDRINO)

PRIMER ACTO
ESCENA I

TEOFILO, solo en su alcoba y sentado a una mesa, ajusta a gritos las cuentas del boticario. Conversando consigo mismo, habla de este modo:

TEOFILO. –Tres mil y dos mil cinco mil, y cinco, diez mil, y diez mas, veinte mil... Tres y dos cinco mil.

"el día 24, una ayuda estimulante, preparatoria y emoliente, para ablandar, humedecer y refrescar las entrañas del señor." Lo que más me agrada de Gastón, mi boticario, es su cortesía.

"Las entrañas del señor, sesenta mil pesos?" Pero este tiene huevo! Me saca las tripas con este precio! es preciso, ser razonable y no desplumar a los pacientes. Sesenta mil por un laxante!... se perfectamente cuánto me satisface complacerlo; pero como en ocasiones anteriores me las ha cobrado a cuarenta mil pesos, y en lenguaje de boticario cuando se dice cuarenta mil hay que entender que son veinte mil, pongamos diez mil pesitos...

"el mismo día, según prescripción, una buena ayuda digestiva, compuesta de Raizan doble, sábila, miel rosada y otros, para barrer, lavar y dejar limpio el bajo vientre del señor, cincuenta mil pesos?" Con su permiso, abonaremos solo diez mil.

"en el mismo día anochecido, un jarabe hepático, soporífero y soñoliento, destinado a dormir al señor, veintisiete mil pesos?." De esta partida no me puedo quejar, porque, en efecto, dormí a pierna suelta, como la pinga del papa... pero solo le daré cinco mil…  total en cobro ciento treinta y siete mil pesos???? Buuuu!! De los cuales le pagaré solo veinticinco mil…
No quiero desbancar mis arcas, ni desbaratar los billetes de mayor denominación, que pesar para que dañen? O se llenen de gérmenes? Naaaaaa!
 A ver! Que se lleven todo esto de aquí... no hay nadie?... Por más que digo, siempre me han de dejar solo!... No hay manera de conseguir que estén en su puesto! (Toca un silbato) Ellos que no atienden, y este silbato que no suena bastante... (Vuelve a tocar.) Nada! (Toca.) Están sordos!... ZOILA! (Toca.) Como si no llamara!... demonios! Bruja desgraciada! (Toca de nuevo.) Me da una rabia! (Deja el silbato y aplaude) clap, clap clap! picara de todos los diablos! Es posible que abandonen de este modo a un pobre enfermo? Clap, clap clap!... Cabe nada mas lastimoso! Clap, clap clap! Dios mío, me dejan morir solo! Clap, clap clap!

ZOILA (Entrando). -Ya va!

TEOFILO. -Ah, Zunga, zángana!

ZOILA (Fingiendo haberse dado un golpe en la frente).-ehhhh pero impaciencia!... De tal modo el escándalo, que a poco si me dejo los sesos en el quicio de la puerta.

TEOFILO (Furioso) -Traidora! Que por poco me muero llamándote, para que crees que te pago?

ZOILA (Sin dejar de quejarse para interrumpirle e impedir que grite). -Ay!

TEOFILO.-Hace...

ZOILA. -Ay!

TEOFILO. -Hace una hora...

ZOILA. -Ay, ay!

TEOFILO. -...que me has abandonado!

ZOILA. -Ay!

TEOFILO. –Cállese esa jeta, bruja, y déjame que te reprenda!

ZOILA. -Eso es!... Encima de lo que me he hecho...

TEOFILO.- Tú me has hecho a mi debilitarme mas y mas, cotorra!

ZOILA. -Y yo me he roto la cabeza; váyase una cosa por la otra. Estamos en paz.

TEOFILO. -Como, infame! No me hable de paz que por eso es que estamos jodidos! Unos en paz y otros muriendo gracias a las EPS’s

ZOILA. -Si continuas regañándome, lloro.

TEOFILO. – cómo es posible Abandonarme así!

ZOILA (Insistiendo en su propósito de no dejarle hablar). -Ay, ay, ay!

TEOFILO. -lo que tu pretendes, desgraciada!...

ZOILA. -Ay, ay!

TEOFILO. Pero no he de tener ni la satisfacción de reírte?

ZOILA. –Eso sí, hasta que un día de estos me largue de aquí!

TEOFILO. -Si no me dejas, ladrona! Si me interrumpes a cada palabra!

ZOILA. -Si tienes la satisfacción de reírte y burlarte de mí, por qué no he de tener yo la de llorar? A cada uno lo suyo Ay, ay!

TEOFILO. -Habrá que aguantarse!... Quítame esto, bruja, quítame esto. (Se levanta.) Me ha hecho bastante operación el laxante?

ZOILA. –el laxante?

TEOFILO. -Sí. He echado mucha bilis?

ZOILA. -A mí que me importa! Eso no es cuenta mía; eso se queda para el señor Gastón. El es el que debe meter la nariz, ya que es el quien cobra las ganancias.
TEOFILO. -Que me tengan preparada una taza de caldo para tomarla con la pócima que me toca ahora.

ZOILA. -Bien se divierten a costa tuya los señores Gastón y Purgon!
Han encontrado una vaca y la ordenan a gusto. Quisiera yo saber qué enfermedad es la que padeces, que necesita de tantos remedios.

TEOFILO. -Cállate, ignorante! Quien eres tú para, criticar las prescripciones de la medicina?.. Ve a llamar a mi hija YURITZA, que tengo que hablarle.

ZOILA. - Aquí viene. Parece que ha adivinado tus deseos.

ESCENA II

TEOFILO, YURITZA y ZOILA

TEOFILO. -Acercate, YURITZA. Llegas a tiempo, que quiero hablarte.

YURITZA. -Te escucho. Padre (Entrando)

TEOFILO (sale Corriendo al baño). –Aguarda, dame el bastón. Vuelvo al instante.

ZOILA (Riéndose de él). -corre, corre, señor! Lo que hay que hacer, que se te salen las churrias, te llamo al señor Gastón?

ESCENA III

YURITZA y ZOILA

YURITZA (Mirándola lánguidamente y en tono confidencial). -ZOILA!

ZOILA. -Qué?

YURITZA. -Mírame.

ZOILA. -Ya la estoy mirando. Qué hay?

YURITZA. -ZOILA!

ZOILA. -Que hay con tanto ZOILA?

YURITZA. -No adivinas de lo que quiero hablarte?

ZOILA. -Me imagino que será de tu pretendiente; hace seis días que no hablas de otra cosa.

YURITZA. -Pues si lo sabes, por qué no te apresuras a hablarme de él y me ahorras la vergüenza de ser yo quien te saque la conversación?

ZOILA. -Si.

YURITZA. -Y el hecho de tomar mi defensa, como es digno caballero? Y es o no un buen mozo?

ZOILA. -Si que lo es.

YURITZA. -Arrogante.

ZOILA. -Sin duda.

YURITZA. -Que en sus palabras, como en sus actos, tiene una distinción.

ZOILA. -Seguramente.

YURITZA. -Y puede oírse lenguaje más apasionado que el suyo?

ZOILA. -Es verdad. De todos modos, bien pronto puedes salir de dudas. En la carta de ayer el BRAYAN dice que está decidido a pedir tu mano; este es el camino; esa es la prueba más palpable de la veracidad de sus palabras.

YURITZA. -Si me engaña, no volveré a creer jamás en ningún hombre.

ZOILA. -Ya vuelve Don Teófilo.

ESCENA IV

TEOFILO, YURITZA y ZOILA

TEOFILO (Sentándose en sillón, con papel higiénico colgado de sus pantalones y sacándose las manos con una toalla). - Ando Como Direct TV, Ahora, hija mía, te voy a dar una noticia que seguramente te tomara de nuevas. Me han pedido tu mano. Qué es eso?... Te ríes? Bien, no puede imaginarse noticia más halagadora para una joven... Oh, madre mía! Ya veo bien claro que no tengo para que preguntar si te quieres casar.

YURITZA. -Mi único deseo es obedecerte, padre mío.

TEOFILO. -Me complace que hagas caso. Hemos ultimado el asunto y ya estas
Prometida.

YURITZA. -Acatare a ojos cerrados tu voluntad, padre mío.

TEOFILO. -Tu madrastra pretendía que tu y Luisa, hermana menor, entraran en un convento. Desde hace tiempo ese era su propósito.

ZOILA. (Bajo) -Su razón tiene la muy bribona!

TEOFILO. (Continuando.) -Por lo cual se negaba al ahora a autorizar este matrimonio; pero he logrado reducirla y dar mi palabra.

YURITZA. -Cuanto tengo que agradecer a tus bondades, padre mío!

ZOILA. -Seguramente, esta es la acción más cuerda e inteligente de tu vida. YURITZA

TEOFILO. -Aun no conozco a tu futuro; pero me afirman que quedaré satisfecho y tu también.

YURITZA. -Seguramente, padre mío.

TEOFILO. -No me habían dicho nada, pero me alegro, porque más vale que sea así. Según parece, se trata de un buen mozo.

YURITZA. -Sí, padre mío.

TEOFILO. -Arrogante.

YURITZA. -Sí.

TEOFILO. -De aspecto simpático.

YURITZA. -Ya lo creo.

TEOFILO. -De fisonomía franca.

YURITZA. -Muy franca.

TEOFILO. -Digno y juicioso.

YURITZA. -Precisamente.

TEOFILO. -Honrado.

YURITZA. -Como el que más.

TEOFILO. -Que habla el  Ingles y el francés a mil maravillas.

YURITZA. -Eso no lo sabía yo.

TEOFILO. -Y que dentro de tres días será graduado de medico.

YURITZA. -Medico, padre mío?

TEOFILO. -Sí, tampoco lo sabías?

YURITZA. -No. Quien lo ha dicho?

TEOFILO. -El señor Purgon.

YURITZA. -Lo conoce el señor Purgon?

TEOFILO. –Vaya! Que pregunta! Como No lo ha de conocer, si es su sobrino.

YURITZA. - BRAYAN sobrino de Purgon?

TEOFILO. -Quien es ese BRAYAN? Hablamos del joven que ha pedido tu mano.

YURITZA. -Claro!

TEOFILO. -Que es sobrino del señor Gastón e hijo de su cuñado, el señor FACUNDO, medico también. Ese joven se llama SIMON: SIMON FACUNDO, y no BRAYAN. Con él es con quien hemos acordado esta mañana tu boda, entre el señor
Gastón, Purgon y yo. Mañana mismo vendrá el padre a hacer la presentación de tu futuro Pero, qué es eso? Por que pones esa cara de asombro?

YURITZA. -Porque hablabas de una persona y yo me refería a otra.

ZOILA. -Eso es una burla! Teniendo la fortuna que tienes, serias capaz de casar a tu hija con un medico?

TEOFILO. -Quien te mete a ti donde no te llaman, imprudente?

ZOILA. –Ay cálmate, ventarrón
 
TEOFILO. -La razón de que, encontrándome enfermo -porque yo estoy enfermo- quiero tener un hijo medico, pariente de médicos, para que entre todos busquen remedios a mi enfermedad. Quiero tener en mi familia el manantial de recursos que me es tan necesario; quien me observe y me recete.

ZOILA. –Mas enferma mis ganas de cogerlo a patadas viejo patán y tacaño!! Con su permiso! (YURITZA rompe en llanto y ZOILA la abraza, Salen de escena juntas en consuelo)

TEOFILO. -Como, bruja desgreñada! Que si estoy enfermo?... Si estoy malo, insolente?


ESCENA V

CLEOTILDE, ZOILA y TEOFILO

TEOFILO. -Ay, esposa mía, acércate!

CLEOTILDE. -Que tienes, Monchito mío?

TEOFILO. -socorrerme!

CLEOTILDE. -Que es eso? Que es lo que te pasa, papito mío?

TEOFILO. -Me han sacado la piedra, me descalabraron el mico!

CLEOTILDE. -De veras, mi tesorin? Y como ha sido eso, tesoro?

TEOFILO. -Esa salamandra de ZOILA, que cada día es mas insolente!

CLEOTILDE. -No te excites. Calma, Amado mío.

TEOFILO. -Hace rato que me lleva la contraria en todos mis propósitos.

CLEOTILDE. -Vamos, vamos, cálmate.

TEOFILO. -Y ha tenido el descaro de decirme no estoy enfermo!

CLEOTILDE. -Que impertinencia!

TEOFILO. -Por su culpa tengo siempre el saco de la bilis rebosando!

CLEOTILDE. –cual bilis, simplemente se te aflojó la pasta! Por el laxante

TEOFILO. -Hace cuanto tiempo que te repito que la despidas. CLEOTILDE por Dios!

CLEOTILDE. -Por Dios, amor mío; no hay sirviente que no tenga defectos, y muchas veces hay que soportar lo malo en gracia de lo bueno. Esta es hábil, cuidadosa, diligente y, sobre todo, fiel. Ya sabes cuantas precauciones hay que tomar antes de admitir gente nueva. ZOILA!

ZOILA. -Señora.

CLEOTILDE. -Por qué enojas a TEOFILO?

ZOILA (Con acento hipócrita.) -Yoooo, señora CLEOTILDE? No me explico lo que dices eso, porque yo vivo mas que para dar gusto, en todo al señor.

TEOFILO. -La muy vagabunda, traidora!

ZOILA. -Me decía que quiere casar a su hija con el hijo del señor FACUNDO, y yo le contestaba que el partido es excelente; pero que me parecía mejor que la metiera en un convento.

CLEOTILDE. -No hay motivos para que te enfades por eso; me parece que tiene razón.

TEOFILO. -No la creas, amor mío! Es una malvada, que acaba de decirme mil insolencias!

CLEOTILDE. -Te creo... Vamos, siéntate. Escucha, ZOILA: si vuelves a enojar a mi marido, te planto en la calle... Tráeme un pañuelo empañado de alcohol, la cobija y las almohadas, que voy a acomodarlo en su sillón...

TEOFILO. -Cuanto tengo que agradecerte, moza mía, por los cuidados que te tomas conmigo!

CLEOTILDE. -(Acomodándole las almohadas.) -Levanta un poco para que te acomodes bien. Una a cada lado, otra en la espalda y otra para que reclines la cabeza. Anda ZOILA Ayuda!

ZOILA. -(Dándole un almohadazo en la cabeza y escapando.) –Con Gusto mi señora

TEOFILO. -(Levantándose iracundo y tirándole todas las almohadas a ZOILA.) -Quieres asfixiarme, bandida!

CLEOTILDE. -Que es eso? Que ocurre ahora?

TEOFILO (Muy abatido, dejándose caer en el sillón.) -Ay, ay!... No puedo más! Tu eres mi único consuelo, vida mía.

CLEOTILDE. -Pobre niño mío!

TEOFILO. -Para recompensar tanta amorosa actitud, ya te he dicho, corazón mío, que deseo meter en mi testamento. (se queda dormido de inmediato)

CLEOTILDE. -Ay, querido mío; te ruego que no hablemos de eso! que la sola palabra testamento me hace estremecer de angustia. (se asegura que este dormido)

ESCENA VI
(TEOFILO duerme profundamente)

EL NOTARIO, CLEOTILDE

CLEOTILDE. (Cerciorando que su marido esté dormido constantemente) -Adelante, señor Buenafe. Acérquese y tome asiento,  se de su honorabilidad y de la buena amistad que le profesa a mi marido, le encargó que le redactara cierto testamento?

EL NOTARIO. -si señora ya me ha puesto al corriente de todas las intenciones y de los propósitos que animan respecto a sus intereses; pero mi deber es advertirle de que no puede dejarle nada en testamento.

CLEOTILDE. Y por qué?

EL NOTARIO. -Porque la costumbre se opone. Si estuviéramos en un país de leyes Todos los acuerdos que puedan hacerse entre un hombre y una mujer, acoyundados por legitimo matrimonio, se consideran como mutuas dadivas hechas en vida; pero, aun en este caso, es condición precisa que no haya hijos de por medio, ya sean de los cónyuges o de uno de ellos habido en matrimonio anterior.

CLEOTILDE -Pues es una costumbre de verdad Arrogante que una esposa fiel como yo no pueda heredar nada. Mas  que lo amo tiernamente y que se desvive en atenciones! Quisiera consultar a mi abogado para ver qué solución me da.
(Salen de la escena, reprimiendo a TEOFILO, dándole una palmada en la cabeza, TEOFILO no se inmuta)

FIN DEL PRIMER ACTO


ACTO SEGUNDO

ESCENA I

ZOILA y BRAYAN

ZOILA. -Que desea el señor?

BRAYAN. –O mejor que le deseo? (seduciéndola descaradamente) 

ZOILA. -Ah, es usted!... Qué sorpresa! A Qué vienes a hacer aquí?

BRAYAN. -A saber cuál es mi destino; a hablar con YURITZA; a consultar los sentimientos de su corazón y conocer su propósito sobre ese matrimonio fatal de que me ha advertido.

ZOILA. -Sí; pero no es tan fácil hablar con la señorita. Es preciso idear una cita, porque ya sabes la estrecha vigilancia en que vive, sin que se le permita salir, ni hablar con nadie. Solo en obsequio a una anciana tía se le  concedió aquella vez ir al teatro, donde la conociste; y Dios nos libre de hablar de esa aventura.

BRAYAN. -Por eso mismo no he querido venir aquí como BRAYAN, sino como amigo del maestro de música de YURITZA, al que he podido convencer de que me ceda su puesto.

ZOILA. -Aquí está su padre. Retírate a un lado, que voy a anunciarle la visita.



ESCENA II

TEOFILO, ZOILA y BRAYAN

TEOFILO (Consigo mismo, muy perplejo, tomándose su abdomen). -El médico me ha ordenado que pasee todas mis entrañas, aquí mismo, en mi alcoba, de acá para allá, doce veces a un lado y doce al otro; pero se me olvido preguntarle si los paseos deben ser a lo largo o a lo ancho de la habitación. (Dando muestras de dolor)   

ZOILA. -Señor... Ahí esta...

TEOFILO. -Habla bajo, cotorra! Me aturdes el cerebro, sin tener en cuenta que a los enfermos no se les puede Alzar La voz.

ZOILA. (Inclinándose levemente) -Quería anunciarle que...

TEOFILO. -Que hables bajo, te digo!

ZOILA. -Señor... (Gesticula como si hablara, totalmente agachada)

TEOFILO. -Qué?

ZOILA. –Viejo sordo (a sí misma) Le decía... (Hace como si hablara.)

TEOFILO. –Pero, que es lo que dices?

ZOILA (Alto).-Digo que hay aquí un hombre que quiere hablar con el patrón.

TEOFILO. -Que pase.

(ZOILA hace señas a BRAYAN para que se acerque.)

BRAYAN. -Señor...

ZOILA (Con susurros). -No hables tan alto, que le retiemblan los sesos al señor.

BRAYAN. -Celebro lo tiene levantado y ver que está mejor.

ZOILA (Fingiendo indignación). -Quien te ha dicho que esta mejor? No es cierto: el señor sigue mal. (Con sarcasmo)

BRAYAN. -He oído decir que el señor estaba más aliviado, y a juzgar por el semblante...

ZOILA. -Anda, duerme, come y bebe como todo el mundo; pero, a pesar de eso, está muy mal.

TEOFILO. –Es verdad. Estoy muy mal

BRAYAN. -Lo lamento, señor... Yo venía de parte del maestro de música de su hija, que se ha marchado al campo por unos días; y, como tenemos una gran amistad, me ha rogado que continúe las lecciones.

TEOFILO. -Perfectamente. Llama a YURITZA.

ESCENA III

TEOFILO, YURITZA y BRAYAN

TEOFILO. -Ven acá, hija mía. Tu maestro de música ha tenido que ausentarse y envía a este amigo en su lugar.

YURITZA. -Cielos!

TEOFILO. -Que es eso? De que te sorprendes?

YURITZA. -Es que...

TEOFILO. -Qué?

YURITZA. -Una extraña coincidencia.

TEOFILO. -Cual?

YURITZA. -Esta misma noche, me he soñado este afortunado encuentro

BRAYAN. -Feliz ocurrencia la de ocupar tu pensamiento, ya en tus sueños me encuentro. (Se retiran haciéndose miradas picaras y robando besos)

ESCENA IV

TODOS, FACUNDO y SIMON FACUNDO

TEOFILO (Llevándose la mano al gorro, pero sin quitárselo). -Perdona, pero tengo prohibido descubrirme. Tu, que eres médico, conoces las razones.

FACUNDO. -Nuestra presencia debe proporcionar alivio y no incomodidad al enfermo.

TEOFILO. -Acepto...

FACUNDO. -Venimos...

TEOFILO. -Con regocijo...

FACUNDO. -Mi hijo SIMON y yo... A expresar nuestras intenciones. (Se vuelve a su hijo y le dice.) Avanza tú ahora, SIMON, y presenta tus homenajes.

SIMON (Es un grandísimo tonto, torpe, que lo hace todo a destiempo.) -No es por el padre por quien debo empezar?

FACUNDO. -Si.

SIMON. -Señor: Aquí llego a saludar, Y la mano de su hija solicitar… la cual vengo ahora a expresar anticipadamente mis más humildes y rendidos respetos.

ZOILA. -Bendito sea el colegio de donde salen estos hombres!

SIMON. -He estado bien, padre?

FACUNDO. -Optimo!

TEOFILO (A ZOILA.) -Vamos, Llama a YURITZA para que salude al señor.

SIMON (A FACUNDO.) -Debo besarle la mano?

FACUNDO. -Si, Si.

SIMON (A TEOFILO. Le besa la mano)

FACUNDO: Idiota! Pelmazo! A la hija, no al padre!

(Entra CLEOTILDE y YURITZA ésta en total desagravio)

SIMON (A BELISA, tomándola de la mano) -Señorita: Con justicia, Dios ha concedido del cielo el titulo de honor a tu padre y madre, puesto que...

TEOFILO. -Esa no! es mi mujer!, la otra es mi hija.

SIMON. -Pues donde esta?

TEOFILO. – A tu derecha.

SIMON –Qué hago ahora?

FACUNDO. -Saluda a la hija.

SIMON (A YURITZA). -Señorita: Así como de la estatua de Cobre salían sonidos armoniosos al ser iluminada por los rayos del sol, de igual manera me siento yo animado al recibir los resplandores de tu eminente belleza.

YURITZA (A sí misma) –Ay por Dios
SIMON -Que ni alienta ni ambiciona otra gloria que la de ser, mientras viva, vuestro muy humilde, muy obediente y muy fiel servidor y marido.

YURITZA (En broma y chanza). -Ya merece la pena quemarse las pestanas estudiando y poder decir luego cosas tan lindas!

TEOFILO (A BRAYAN). -Que dices de esto?

BRAYAN. -Que estoy maravillado de oír al seora, y que si es tan buen médico como orador notable, dará gusto enfermar para ser asistido por él.

YURITZA. -Seguramente. Si sus curaciones son como sus discursos, será cosa de pasmo.

TEOFILO. -Vaya, acérquenme mi butaca, y sentémonos todos. Tu aquí, hija mía. (A FACUNDO.) Te felicito por tener tal hijo; ya veis como todos le admiran.

(Todos ríen secretamente)  

FACUNDO. Muchas gracias señor!

TOMAs (Sacando un enorme mamotreto que ofrece a YURITZA.) -He aquí el diagnostico sostenido por mi sabiduría los exámenes de la circulación y digestión de tu padre. Con la venia de él, te ofrezco como primicia de mi ingenio todos mis futuros servicios.

YURITZA. -Para que quiero yo eso si no entiendo jota?

ZOILA. -Dámelo, dámelo a mí, que recordarle a tu padre y la pondré en el recetario.

FACUNDO. -Por lo demás, en lo que respecta a las cualidades que se requieren para el matrimonio y la propagación de la especie, puedo asegurar que de eso yo me encargo

TEOFILO (A BRAYAN). Esto hay que celebrar, Haz un poco de música para que los señores oigan a mi hija.

YURITZA. -Yo?

BRAYAN (Bajo, a YURITZA). -te ruego que accedas y que me dejes explicar la pieza que vamos a representar. Yo tengo poca voz, pero la suficiente para que me escuchen y acompáñame sin desentonar.

TEOFILO. -Son bonitos los versos?

BRAYAN. -Se trata de una improvisación hecha en prosa en tono LA mayor dosificado en pentagrama a dúo diagramación aguda rimada a modo de verso libre, con objeto de que los personajes expresen más espontáneamente su pasión.

TEOFILO. -Está bien. Ya escuchamos.

BRAYAN (A YURITZA) Lista? Y dice uno, dos y tres… (Suena efectos de sonido, Devuélveme a mi chica- Hombres G)

TODOS Que?

BRAYAN -Perdone afable audiencia, Mea Culpae. Ahora si señores! (A YURITZA) Lista? Y dice uno, dos y tres… (Suena efectos de sonido, Puto- Molotov)

TEOFILO -Que? Es Una broma?

BRAYAN (Nervioso) –Es que no hemos practicado lo suficiente así que… (A YURITZA) Lista? Y dice uno, dos y tres… (Suena efectos de sonido, Canción del Correcaminos,  Salen Corriendo por el escenario huyendo del lugar, TEOFILO sale corriendo detrás de la pareja gritando que está muy enfermo, CLEOTILDE sale detrás de TEOFILO gritando que no se agite porque anda muy enfermo, ZOILA por su parte le da ánimos a la pareja que huye de la habitación y retirándose)

(Quedan en el escenario, SIMON y FACUNDO solos y sorprendidos)

FACUNDO –Se da cuenta mijo? El enfermo es más que un enfermo imaginario en donde su extrema tacanez y codicia lo llevó a tan desagradable desenlace, pero bien decía mi abuelo…

SIMON – Tal cual

FACUNDO y SIMON  (En Coro) –Nosotros quedamos cagaos y el agua lejos!

FIN
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ADAPTACION: RENE CARBONELL VALDERRAMA